en todas sus formas posibles;
silenciosa, sólo a veces,
y muchas otras, ruidosa.
Esperando con paciencia
los descuidos de la vida
va junto a cada latido
mutilante y cadenciosa.
Sin piedad, sin indulgencia,
sin temor a lo peor,
lo peor es en sí misma,
ruina del ave y la flor.
Irremediable destino,
fundamento del destierro:
¿quién la puso en el camino
con su instrumento de hierro?
Acompaña los segundos
de todo aquel que respira,
asechando sigilosa,
cada lecho es su guarida.
Nunca será inocente
y esa es su culpa mayor,
pero no hay para ella castigo,
pero no hay para ella perdón.
Cualquier nacimiento inspira
a su gélida vocación:
ultimar y ultimar sin prisa
la vida a su alrededor.
Prominente misteriosa
nadie sabe que habrá después.
Unos piensan que hay fantasmas,
otros no pueden creer.
Vendrás por mí cuando quieras
tú lo sabes, yo lo sé,
pero aún puedo ser tu enemigo
y nunca te esperaré.
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