
Alguna vez pretendí saberlo todo
y supe, sí, en verdad supe lo cierto.
Entonces me hice dueño de mi sólido argumento
y partí a decirle al mundo mi fortuna.
Todos se mofaron, sucumbieron mi palabra,
no había otra cosa que dudas suspendidas, revolcadas
y yo en medio de todo, confundido, regresando,
abrazando el cuerpo oscuro del misterio
otra vez bajo la estrepitosa ronda de la luna.
Miré alto en busca de señales,
palabras que contaran las últimas noticias,
pero sólo deliraban sus retumbos febriles
perdidas en el gesto de otras lenguas.
Mas no callé, debía serle fiel a mi epidermis,
elucubrar sobre el más mínimo detalle
y volver para decirles que no miento.
¿Que nunca les creí, que nunca me creyeron?
Es simplemente ésta la única verdad.
y supe, sí, en verdad supe lo cierto.
Entonces me hice dueño de mi sólido argumento
y partí a decirle al mundo mi fortuna.
Todos se mofaron, sucumbieron mi palabra,
no había otra cosa que dudas suspendidas, revolcadas
y yo en medio de todo, confundido, regresando,
abrazando el cuerpo oscuro del misterio
otra vez bajo la estrepitosa ronda de la luna.
Miré alto en busca de señales,
palabras que contaran las últimas noticias,
pero sólo deliraban sus retumbos febriles
perdidas en el gesto de otras lenguas.
Mas no callé, debía serle fiel a mi epidermis,
elucubrar sobre el más mínimo detalle
y volver para decirles que no miento.
¿Que nunca les creí, que nunca me creyeron?
Es simplemente ésta la única verdad.