Mostrando entradas con la etiqueta libertad. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta libertad. Mostrar todas las entradas

AQUELLO NO FUE UN ADIÓS

lunes, 21 de septiembre de 2009 en 20:00:00

A los cubanos en el exilio.

Aquello no fue un adiós,
fue una catástrofe.

Digan lo que digan
mis huellas las dejé
por todas partes:
en las calles maltrechas
que eran, sí, mis calles;
en las paredes carcomidas,
en la mesa de mi vecino,
en los postes de luz,
sí, en todas partes
había una marca mía.

Aquello no fue un adiós,
fue una catástrofe.

Digan lo que digan
Salí oliendo a salitre,
a tabaco barato,
a café mezclado,
a sexo de mulata.
Salí bronceado
por el bronce de mi sol
que, ¡al carajo la astronomía!,
no era el mismo sol que éste
que quema en otros metales.

Aquello no fue un adiós,
fue una catástrofe.

Digan lo que digan
lo hice sólo por ella,
la primera que partió
dejándonos sedientos,
anegados en nostalgia
al azul vivo.
Sólo por ella, sí,
expuse mis huellas al olvido
y arriesgué mi barca en otros causes
sólo por ella: mi libertad indomable .

CADENAS

sábado, 29 de agosto de 2009 en 21:22:00

De pronto un día supe la textura de la tierra
que sostiene diligente el peso de mis pasos;
supe, además, de este par de alas,
supe que es el viento quien me guía
y en su aire me sumerjo como el humo.

Cargo para mi vuelo un manojo de sueños
torpes e imposibles pero tan míos
como el rotundo corazón que los cobija,
como el delirio que a mis pies pone el sendero
que andaré dichoso hasta el último de mis días.

Una vez, como si fuera poca mi suerte,
te hallé sentada en un recodo del camino
donde esperabas por mí todas las tardes
y con esos ojos que no se callan nunca
me hablaste del amor en dos miradas.

Quedaba mucho trecho para amarte
y me regocijé sintiendo que era cierta
la nueva dimensión de mis mañanas:
contigo ahí, contigo allá, contigo aquí…
contigo volé el mundo a cuatro alas

Y con tantos decires que el amar provoca
un día te dije: “Amor, te pertenezco”,
palabras que besaron el ego de tu oído
haciéndote feliz hasta los huesos
y a mí me convirtieron en un preso

Lentamente, sin saber, nos adueñamos,
tú de mí y yo de ti
y fuimos sólo un par de propiedades,
un par de moribundas libertades
que en nombre del amor encadenamos.

NO TE VAYAS SIN DEJAR UN COMENTARIO

Blog Widget by LinkWithin
border: dotted #B0171F; 4px;